La importancia del bienestar en el seno de las organizaciones ha hecho emerger un nuevo estilo de dirección, impulsado por los propios consejos y que relaciona Productividad, Liderazgo y Resiliencia. Un liderazgo efectivo cuyo éxito radica en el equilibrio entre la cuenta de explotación y el cuidado de las personas, entre la carrera profesional y la conciliación.
Pero entre la teoría a la práctica, aún existen lagunas. Como explica Agustín, “en muchas ocasiones, no se dispone del tiempo necesario para lograr lo que exige el liderazgo efectivo. No sabemos organizarnos ni priorizar y acabamos relegando a las personas en favor de los resultados”.
Para lograr esta productividad directiva, Agustín Peralt ha desarrollado su propia metodología FASE, aplicada ya a más de un centenar de compañías y directivos cuyas líneas maestras son:
“Las personas que no se organizan bien jamás pueden ser buenos líderes, aunque lo sientan genuinamente”.
Promover la resiliencia preventiva
“Superar la adversidad es un camino personal que conlleva cambios en nuestras creencias, actitudes y comportamientos. Si no cambiamos nada de eso no estaremos entrenando ese músculo que llamamos resiliencia”. Así define Agustín Peralt en su obra “Los 6 pilares de la resiliencia” (Plataforma Editorial) este proceso. Pero, ¿cuándo iniciarlo?
Lejos de lo que sucede habitualmente, acordarnos de Santa Bárbara cuando truena como nos recuerda el refranero. La resiliencia puede entrenarse a diario de forma preventiva para que llegado el momento (que siempre de una forma u otra llega) estemos preparados. Y es precisamente en los momentos de prosperidad cuando las organizaciones a través de su míster deben comenzar a preparar el partido:
“Nunca vas a ser un buen líder si estás desequilibrado emocionalmente”
Ana Sánchez
Experta en Transformación y Gestión del cambio
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