Hablábamos de cambio y, de repente, nos cambió la vida. Sin esperarlo, nos encontramos ante el mayor ejercicio de adaptación global que hubiéramos podido imaginar.
No es el cambio social al que aspirábamos, sin duda. Pero nos abre la puerta a pensar qué mundo queremos reconstruir y empezar a caminar hacia él con paso firme.
Hoy las empresas tenemos la oportunidad, y la responsabilidad, de redefinir nuestro propósito y promover la reactivación económica desde un enfoque sostenible real, y no solo aspiracional. La Agenda 2030 nos marca la ruta y los plazos para hacerlo de forma urgente y compartida.
Con foco en el Futuro del trabajo y la Sostenibilidad como ejes que vertebran nuestra visión, te invitamos a liderar el cambio hacia un futuro más equilibrado y sostenible.
¿Imaginamos juntos?
La COVID-19 ha hecho visible la interrelación entre el medio ambiente, la economía y el bienestar de las personas.
El equilibrio entre estos tres planos es necesario para evitar que el económico se imponga sobre los otros dos y adopte un enfoque a largo plazo, donde la sostenibilidad vaya más allá de las buenas prácticas y forme parte integral del negocio.
Las crisis sanitaria y económica no deben hacernos perder de vista la urgencia climática. La recuperación económica, con el impulso del fondo Next Generation EU y la Estrategia de Descarbonización a 2050, suponen una oportunidad para transitar hacia una economía inclusiva y baja en carbono.
Responsables de crear el 50% de los empleos mundiales, las pequeñas y medianas empresas son actores imprescindibles en la búsqueda de soluciones innovadoras sostenibles.
Con cadenas de valor más sencillas y circulares, y ciclos de decisión más cortos, se posicionan como líderes en el impulso de una nueva economía verde, justa y centrada en las personas.
Si bien son más vulnerables a la incertidumbre económica actual, también son más flexibles para generar procesos de transformación interna, prototipar nuevos modelos de producción y consumo y transicionar hacia una sostenibilidad integral.
La sostenibilidad marca la hoja de ruta a emprendedores y empresas en la búsqueda de nuevos modelos de producción y consumo, que les permitan adaptarse a un futuro que exige ser sostenible para ser rentable.
Ayuda a incorporar mayor eficiencia en los procesos, optimizar el uso de recursos y reducir las externalidades, lo que deriva en un ahorro de costes y mayor productividad. Integrar la sostenibilidad en los procesos de innovación y emprendimiento permite alinear la estrategia empresarial con la Agenda 2030, cumplir con los protocolos cada vez más exigentes frente al cambio climático y generar nuevas ideas de negocio que despierten el interés de los inversores de impacto.
El propósito de las empresas se ha convertido en la prioridad número uno entre los líderes en reputación corporativa.
Ante consumidores más exigentes e informados, las marcas deben repensar su propósito, más allá del beneficio económico necesario, y recuperar el para qué de su actividad y su impacto sobre las personas y el medio ambiente.
Una tendencia que la COVID-19 ha acentuado, según citan numerosos estudios que dibujan a un consumidor más responsable, que piensa más sobre su consumo y, en momentos de crisis, espera un comportamiento ejemplar por parte de las empresas en las que confía.
La respuesta a los retos complejos requiere de alianzas sólidas multiactor que impliquen y relacionen a todas las esferas de la sociedad para alcanzar objetivos que, de manera individual, parecen imposibles.
La Agenda 2030 de Naciones Unidas nos invita a sentar en la misma mesa a agentes sociales diversos para que colaboren en la búsqueda de soluciones. Porque solo si actuamos juntos podemos abordar con eficacia los grandes desafíos de nuestro tiempo.
Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible son un excelente marco para orientar los objetivos empresariales hacia un futuro más sostenible.
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Ana Sánchez
Experta en Transformación y Gestión del cambio
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