Se esperan líderes más transformadores que transaccionales, proactivos con el cambio antes que reactivos, de los que cuando soplan los vientos del cambio -o sea, cada día deciden construir molinos en lugar de muros. Eso requiere aptitudes de visión, capaces de anticipar la próxima ola, y actitudes capaces de remangarse cuanto toda remar y no solo vocear instrucciones desde el confort de su puente de mando. El Comand & Control ya no funciona. Que no esperen un mero intercambio de horas hombre por salario y no usen el talonario como unidad universal de medida. Un líder que me lleve a desplegar todo mi potencial y a ser la mejor verdad de mí mismo, lo que va a requerir por su parte unas mínimas capacidades de mentoring o coaching.
El líder de esta nueva época necesita tener bien calibrada su brújula interior y un marco de referencia de valores que incorpore comportamientos, creencias y actitudes coherentes con la Sostenibilidad, el emprendimiento y la innovación, buscando soluciones creativas que satisfagan las necesidades de sus clientes de hoy sin comprometer las necesidades de las generaciones futuras.
A un líder con sentido le pediría que me ayude a encontrar el sentido de mi lugar en la organización, que me permita hacer aquello en lo que soy bueno, aquello en lo que más valor puedo aportar y me permita fluir sin limitaciones.
Según Ignacio Villoch, un líder debe ser un JEDI: Joven, emprendedor, Digital e Innovador.
Nada mejor que un consejo de Einstein: «Dar ejemplo no es la principal forma de influir sobre los demás, sino que es la única». Yo, personalmente, nunca me atrevería a llevar la contraria a un genio como él y en la época de la tecnología creo que, más que nunca, su recomendación nos puede ayudar a conseguir de forma rápida y eficaz ese chute de energía y compromiso que tanto necesitan las empresas para salir adelante.
Cuando llegó el coronavirus, el 61% de los empleados no confiaba en sus jefes, una situación que se reflejaba con dureza sobre las cifras de compromiso y motivación en el trabajo: según las estadísticas globales, tan solo al 13% de los empleados se sentían comprometidos con él. El resto, el otro 87%, se llevaba el cuerpo a la oficina y se dejaba el alma en casa, lo que, sin duda, era un grave problema… Y las pruebas están ahí, al alcance de todos: – Según un estudio realizado sobre las quinientas compañías más representativas de la Bolsa neoyorquina, las empresas con trabajadores muy motivados obtienen de media un beneficio un 29% más alto que su competencia. Además, estas organizaciones cuentan con un 50% más de clientes fieles y tienen un 44% más de posibilidades de dar la vuelta a unos números rojos. Y no es el único estudio que ha arrojado unos resultados así. Según investigaciones de la consultora americana Gallup, mantener una plantilla comprometida reduce en un 41% el absentismo.
Buscamos modelos sencillos, cifras absolutas, mediciones precias y entornos ordenados. Al ordenar estas características con cierta gracia, llegamos al acrónimo S.A.P.O. Y así defino yo el drama: sapos viviendo en un mundo VUCA. Es decir: antagonismo en estado puro. (Lluís Soldevila)
Mis recomendaciones para practicar un liderazgo digital:
Y también, tendrás que desarrollar habilidades para comunicar de manera efectiva, trabajar con la inteligencia emocional, o dominar el storytelling
Ana Sánchez
Experta en Transformación y Gestión del cambio
Mentoring | Formación | Ponencias