En la actualidad, el valor total de los activos intangibles alcanza un máximo histórico de 65,7 trillones de dólares, lo que representa ya el 54% del valor global cotizado. Estos activos como la marca, la reputación, la confianza o los valores, han cobrado más relevancia sobre los activos tradicionales manufactureros o financieros. Ahora, las empresas compiten por ganarse el reconocimiento de los grupos de interés con los que se relacionan.
Si algo hemos aprendido este año es que tanto el presente como el futuro son inciertos. Pero, cuando todo cambia, hay algo a lo que nos seguimos aferrando: a aquello que nos generan confianza, a aquello con lo que compartimos valores. Así, nos aferramos y conectamos con lo intangible de una marca. El problema es que lo intangible se asocia a lo que no se puede medir, y es aquí donde está el gran reto.
El valor de los intangibles
Cuenta Alloza que cualquier empresa gestiona seis capitales y solo dos de ellos son tangibles: el capital financiero y manufacturero, que antes representaban el 90% del valor. Los cuatro capitales intangibles, al contrario, no han parado de crecer: el capital talento, la innovación, el capital social-relaciona -donde se encuentran la confianza y la reputación- y por último el capital planeta -nuestra relación con el medio ambiente-. La diferenciación está en los intangibles y también ahí está el futuro de las empresas. En los intangibles está la forma de crear y proteger el valor, acelerado por la Covid19.
Para este experto, en un momento de crisis e incertidumbre es alentador que los temas prioritarios sean cuestiones a largo plazo, como el liderazgo responsable, la adaptación, la marca y el propósito. Podría parecer que propósito es una palabra gastada, usada a la ligera. Para Alloza el propósito es el camino a seguir, pero no es efectivo si no está vinculado al propósito vital de los miembros de la organización.
El líder debe estar conectado a las expectativas de los grupos de interés y aceptar con humildad que la verdad que cuenta es la percibida por los demás.
Los jóvenes hoy quieren transformar el mundo desde una plataforma llamada empresa, un lugar desde el que realizar su propio propósito. Y, una empresa en la que se quiere estar y permanecer, es una empresa exitosa. Para este experto, hay 5 indicadores que marcan el éxito de una organización:
Las tendencias en reputación
Según Alloza, “Para que la gestión de la reputación sea real debe incorporarse este KPI en los cuadros de mandos y objetivos de remuneración de los directivos, que son quienes construyen reputación”. Pero no sólo los CEO, sino también cuenta la reputación de tu sector, del equipo directivo y de tu país. Todo, equilibrará la percepción de la compañía y fijará el objetivo a alcanzar. Definitivamente, el futuro de la empresa cada vez se aleja más de los libros de contabilidad.
La reputación es un intangible: no puedes separarla de ti y vendérsela a un tercero. La gestionas, la haces crecer, pero no la puedes vender. No estará cuantificada en un momento de transacción y, sin embargo, en muchos momentos lo significa todo. Por esto es importante poder medirla.
Cuando conseguimos demostrar que, si creces en reputación, creces en actitudes y comportamientos, le pusimos cifras.
Somos seres relacionales: actuamos en comunidad y la base de todo es la confianza. Hoy, las empresas son el primer referente para la ciudadanía, un liderazgo que ofrece una gran oportunidad.
Ana Sánchez
Experta en Transformación y Gestión del cambio
Mentoring | Formación | Ponencias