Los robots no reemplazarán a los humanos, trabajarán con nosotros.
“No perderás tu empleo en manos de un robot o de una computadora, sino en las de alguien que se lleve mejor que tú con esa computadora o con ese robot. Hoy no podemos saber que tecnología va a cambiarlo todo. Pero no lo dudes, la habrá. Como siempre ha pasado. Podemos pensar en la IA o en los datos, o en robots con aspecto humano, pero será otra cosa. En 1992 nadie pudo enviar ni un mail durante la inauguración de los JJOO de BCN. Y estábamos a diez minutos de un cambio brutal. Ahora estamos a diez minutos de otro cambio profundo e impactante. No debemos imaginar que será, debemos prepararnos para lo que sea, y que no podemos deducir antes. Prepararnos para el cambio. No nos va a preguntar.
Esos nuevos empleos que pueden surgir en este proceso están muy vinculados a las soft skills, a las habilidades blandas. Hablan en el informe de habilidades como la creatividad, inteligencia emocional, capacidad de negociación. Pero la pregunta es ¿se están preparando, ya no sólo los trabajadores del futuro, sino también los empleados actuales para adquirir estas capacidades que requerirán los nuevos puestos de trabajo?
Sinceramente no lo veo. Hay esfuerzos, pero no los veo que estén siendo eficaces. En ocasiones tengo la sensación que llevamos a nuestros hijos a escuelas para que les enseñen cosas de un mundo que ya no existe. En el que no vivirán. Fíjate en nosotros mismos. Se nos ha educado para creer en las certezas, para hacer lo que se nos dice… Pero todos hemos visto que ya no hay nada seguro, que no existe el trabajo para toda la vida, que el futuro es casi imposible de predecir. Así pues, nuestros hijos no deberían ser educados con las mismas limitaciones que a nosotros.
¿En cuántas empresas trabajó tu padre o tu madre? ¿En cuántas tú? Los niños de hoy trabajaran en más de veinte a lo largo de su vida. Por ello, debemos enseñarles a establecer relaciones entre ellos, a trabajar en equipo, a innovar, a asumir riesgos y a ser ciudadanos globales. Será necesario también que sean muy buenos comunicadores porque en la vida del futuro, comunicar será algo que los robots nos pedirán que hagamos en su nombre. Por eso hay que empezar hoy a enseñar estas cosas en las escuelas.
Y todo esto al mundo empresarial. Lo mismo con los trabajadores. Tengo la sensación que formamos para un mundo que ya no existe, en el que no trabajarán. Por eso, tal vez, lo interesante es quedarse con una buena noticia que tiene que hacer reaccionar a todos. Resulta que todo este tipo de habilidades se pueden adquirir. No son habilidades innatas que si no las tienes estás jodido.
Hoy día las empresas valoran que seamos capaces de hacer el empleo para el que nos están pagando hoy. Pero también están pensando en que seamos capaces de hacer el del futuro. Por eso se pide pensamiento crítico, saber resolver problemas complejos, un conocimiento de que es capaz de hacer la tecnología (no programar, comprenderla). Pero en España hay un problema que supone un muro importante. Tenemos una proporción gigantesca de personas sobre cualificadas o infra cualificadas para el empleo disponible. No hay ‘match’ y eso lastra cualquier cambio de modelo productivo y tensiona salarialmente a todo el mundo.
En España, uno de cada cuatro jóvenes entre 25 y 29 años no tiene ningún tipo de cualificación profesional. Sus perspectivas laborales son complicadas y en paralelo conviven con muchos jóvenes sobre cualificados para el trabajo disponible. Al final ese desajuste que tenemos en España, tanto por infra cualificación como por sobre cualificación, termina generando tasas de paro juveniles de aurora boreal.
Probablemente, en lugar de hablar del ‘empleo robótico del futuro’ o ‘¿a qué nos vamos a dedicar cuando los robots lo hagan todo?’ estaría bien modular esa demanda y prepararla para un escenario de oferta futura más acertada. El mundo ha cambiado y cambiará mucho más. Los empleos actuales ya no son puestos de trabajo para toda la vida ni en una misma oficina y con los mismos compañeros para siempre. De hecho, el futuro laboral ya no tiene que ver con una carrera profesional dirigida.
El problema es la absoluta miopía en la que residen nuestros dirigentes, en esa endogamia obscena en la que se mueven a diario y que vive a años luz de la problemática real e inminente. No sé si es por falta de preparación, conocimiento o por mala fe. Lo lamentable es que el futuro precisa de liderazgo, no sólo de voluntad. Toca pedirles que se pongan las pilas, y el resto, de irnos preparando en todos los sentidos. La oportunidad de entrar en un mundo mucho mejor está ante nuestras narices. Desperdiciar esta oportunidad sería una pena.
Ana Sánchez
Experta en Transformación y Gestión del cambio
Mentoring | Formación | Ponencias