Esta estrategia, seguida por personas de éxito, está pensada para no dejar de aprender y crecer personal y profesionalmente.
Dicen que las personas que más éxito tienen son las que nunca dejan de aprender, las que viven con una constante inquietud por formarse. Absorbidos como estamos habitualmente por las obligaciones laborales y personales del día a día, muchas personas consideran que no tienen tiempo para casi nada fuera de estas rutinas. Sin embargo, basta con pensar en el tiempo que dedicamos a actividades como ver la televisión o estar en las redes sociales para saber que, en muchas ocasiones, es más una cuestión de organización y de querer aprovechar realmente el tiempo libre que tenemos.
La regla de las 5 horas nos propone una alternativa enriquecedora para no dejar de crecer personal y profesionalmente, con una dedicación asequible para casi todo el mundo. Es un compromiso que debemos adquirir con nosotros mismos y que puede aumentar nuestra valía.
En concreto, esta regla propone destinar 5 horas a la semana (una hora al día durante los cinco días laborables) al aprendizaje de algo que nos permita seguir creciendo: leer un libro o artículos especializados, acudir a una conferencia, seguir un curso on line, ver un video tutorial de algún tema de interés, desarrollar esa habilidad que desde hace tiempo nos gustaría aprender, etc. Sacar un pequeño hueco cada día es una meta alcanzable con un poco de organización y esfuerzo.
Benjamin Franklin (1706-1790) ya utilizó esta estrategia en el siglo XVIII. Pese a abandonar la escuela a los diez años para trabajar como aprendiz de su padre y no haber mostrado ningún talento especial de joven, llegó a convertirse en uno de los estadistas más importantes de la historia, destacando como científico, inventor y político (de hecho, está considerado uno de los Padres Fundadores de los Estados Unidos). El sistema ideado por Franklin consistía en aprovechar una hora diaria para su formación y aprendizaje personal, siguiendo estas cinco normas:
Daba igual que sus jornadas de trabajo fueran agotadoras; siempre cumplía escrupulosamente con la regla de las 5 horas. Y no le fue nada mal, ya que es considerado como uno de los inventores más importantes de la historia.
Aprendizaje constante
Más recientemente, profesionales de éxito como Bill Gates, Mark Zuckerberg, Sheryl Sandberg (directora operativa de Facebook) o Elon Musk (cofundador de Paypal y director general de Tesla Motors) han utilizado este sistema –adaptado lógicamente a los tiempos modernos- para no dejar de asimilar conocimientos y técnicas. Ellos, entre otras figuras de nuestro tiempo, deben parte de su éxito al aprendizaje constante y a su curiosidad inagotable.
Según un artículo sobre la regla de las 5 horas publicado en la revista estadounidense Inc. Magazine, Bill Gates lee, gracias a este sistema, un libro a la semana: “La lectura sigue siendo la principal manera en la que aprendo cosas nuevas y pongo a prueba mi conocimiento”, manifestó el cofundador de Microsoft en una entrevista con The New York Times en 2016.
¿Te animas a hacer de la regla de las cinco horas parte de tu estilo de vida? Lo más difícil, como siempre, es adaptarla a tu rutina diaria y crear el hábito; una vez conseguido, todo será más fácil. Te damos algunos consejos concretos:
– Fija el momento: Teniendo en cuenta tu rutina laboral y personal, piensa el momento del día en que puedes destinar una hora a esta actividad.
– Planifica el aprendizaje. Piensa qué quieres aprender/mejorar y cómo quieres hacerlo. Leer libros o artículos especializados sobre una temática concreta, seguir un curso on line, aprender alguna habilidad, perfeccionar un idioma… Hoy en día, todo esto es más sencillo con las nuevas tecnologías.
– Plantéate objetivos. Fíjate metas específicas y plazos razonables. Calcular cuántos días, aproximadamente, tardarás en leer un libro o en completar un curso te ayudará a no retrasar tus objetivos y a aprovechar mejor el tiempo.
– Experimenta. Pon a prueba tus ideas, conocimientos, habilidades… Funcione o no, es una oportunidad para aprender.
– Evalúa tu aprendizaje. Dedica unos minutos cada semana a reflexionar si lo que estás aprendiendo te resulta realmente útil o si, por el contrario, podrías aprovechar mejor ese tiempo adquiriendo otros conocimientos o habilidades. No dejes de hacerte preguntas en este sentido.
No acomodarse y seguir un estilo de vida de continuo aprendizaje; esta es la clave y esencia de esta regla inventada en el siglo XVIII que siguen tantas personas de éxito. Es, en definitiva, un compromiso con nosotros mismos que puede enriquecer enormemente nuestra vida laboral y personal.
Ana Sánchez
Experta en Transformación y Gestión del cambio
Mentoring | Formación | Ponencias